ANTE EL INCENDIO EN UN CAMPO DE REFUGIADOS ROHYNHA EN BLANGLADESH
Comunicado de los obispos miembros de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana de la CEE.
De nuevo un devastador incendio en un campo de refugiados reclama nuestra atención en el contexto de una emergencia humanitaria. En esta ocasión, el incendio del lunes 22 de marzo en el campamento de refugiados rohynhas de Cox’s Bazar (Bangladesh) donde al menos 15 personas han perdido la vida, unas 560 han resultado heridas y otras 400 se encuentran en paradero desconocido. Donde miles de viviendas se han visto afectadas por las llamas y unos 87.000 refugiados podrían verse afectados por el incendio.
Precisamente ese fue el campamento de donde procedían los 16 refugiados que se encontraron con el Papa Francisco en Daca el 1 de diciembre de 2017. Cuatro años más tarde de aquella visita, con ocasión de este terrible incidente y ante la situación de vulneración de derechos que padecen los rohynhas, como tantos otros grupos humanos obligados a huir, los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana junto con el Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española queremos expresar:
- Nuestra solidaridad con todas las personas y familias damnificadas por el incendio en Cox´s Bazar; especialmente con las víctimas y heridas. Así como con el resto de la población rohynha forzada a desplazarse y refugiada en otros campos de refugiados o en el exilio. Nuestra condena a todo acto violento contra esta comunidad.
- Nuestro estupor ante una emergencia humanitaria no suficientemente atendida por el conjunto de las naciones, ante lo que Naciones Unidas define como “limpieza étnica”. Situación que requiere como recuerda el Papa Francisco y la Enseñanza Social de la Iglesia “una respuesta de solidaridad, compasión, generosidad y un inmediato compromiso efectivo de recursos”.
- Nuestra adhesión al llamamiento del Papa Francisco desde Myanmar y Bangladesh en noviembre de 2017, abogando por un futuro de paz: «Una paz basada en la dignidad y los derechos de cada una de las comunidades que consideren que tienen su hogar en el país».
- Nuestro reconocimiento y aliento a la labor que la Iglesia realiza en la atención a las personas refugiadas en los campamentos, especialmente a través de Caritas. Así como a las demás entidades que trabajan por la dignidad y el derecho de las personas rohinyas a vivir con seguridad en su país de origen.