Virgen de la Unidad y los católicos rumanos en Madrid

LOS CATÓLICOS RUMANOS EN MADRID CELEBRAN LA VIRGEN DE LA UNIDAD
La advocación refleja «la espiritualidad rumana, pero también la idea de crear puentes»

[tomado de nuestra web diocesana el 21.10.24]

Católicos rumanos en Madrid celebran la Virgen de la Unidad.«Cuando llegué a España, en 2002, me encontré con la mentalidad española», cuenta con alegría el capellán de la comunidad rumana católica en Madrid, Leonardo Diac. Le insistían en qué advocación de la Virgen quería para dedicarle un altar, en un afán de querer honrar la presencia rumana en estas tierras. «Pero allí no tenemos la costumbre de las advocaciones; en prácticamente todas las parroquias hay una gruta de Lourdes, algunas de Fátima y otras, sobre todo últimamente, de Medjugorje». Es decir, las grandes devociones marianas, pero no las pequeñas.

Así pues, «con tanta presión tuve que crear una Virgen rumana», explica el padre Leonardo divertido la situación. Decidió hacer suya una advocación que ya existe en el ritual mariano desde Pablo VI: la Virgen de la Unidad. «Pensé en una imagen de la Virgen que reuniera las características de la devoción popular rumana mariana». Por eso, en el icono con su imagen tiene, bajo sus pies, el mapa de Rumanía hecho a modo de manto de rosas. «Ya lo dijo el Papa san Juan Pablo II en su visita, la primera que hacía a un país ortodoxo: Rumanía es “el jardín de la Madre de Dios”».

Además, resume en su esencia el papel también de las capellanías, que es el de «crear puentes entre autóctonos e inmigrantes». A su iglesia, la de la Crucifixión del Señor, en la Latina, acuden católicos, pero también ortodoxos porque entre rumanos es muy frecuente el matrimonio mixto, sin olvidar a otros cristianos como adventistas o reformados. «Tuvimos que hacer una advocación que reflejara la espiritualidad rumana, pero también la idea de crear puentes». Así lo recogió también el Papa polaco en aquella visita histórica al país: «Nos dijo que somos el puente entre Oriente y Occidente».

Fiesta de la Virgen de la Unidad

Católicos rumanos en Madrid celebran la Virgen de la Unidad.La fiesta de la Virgen de la Unidad la han celebrado este mes de octubre las tres capellanías católicas rumanas de rito latino que hay en España: Cataluña, Aragón y Madrid. La primera capilla en honor a esta Virgen se hizo en Lleida en 2004. Presidieron entonces el obispo de la diócesis, el obispo católico rumano y el obispo ortodoxo. «Esto sí es unidad», ríe el padre Leonardo.

La capellanía de Madrid se puso en marcha en 2005, cuando Leonard fue enviado a la diócesis. El icono de la Virgen de la Unidad que veneran actualmente lo bendijo el año pasado Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid. También a Ella le hacen ofrenda de flores, algo «aprendido de los españoles». La Misa solemne de este año -celebran a la Virgen de la Unidad el 2º domingo de octubre- fue presidida por nueve sacerdotes rumanos de España y de Rumanía, acompañados por Rufino García Antón, delegado de Movilidad Humana de la diócesis de Madrid. En la celebración participaron también Raluca Mihaila, encargada de Negocios de la embajada rumana de Madrid, Liviu Enii, encargado de la relación con la comunidad rumana, y Bogdan Chis por parte del Consulado general de Madrid. Al finalizar  se ofreció una comida rumana, seguida de bailes típicos.

Católicos rumanos en Madrid celebran la Virgen de la Unidad.

Confirmaciones y bendiciones de casas

Además de las actividades propias de la parroquia, el capellán hace también labores de mediación entre su comunidad y la española. «Los rumanos tienen la iglesia como lugar de referencia; miran al sacerdote», viniendo además de tantos años de comunismo en los que no había lugar al asociacionismo. Así que para cualquier gestión de papeleo, acuden al capellán.

«Para la caridad sí van a las parroquias propias, porque, según el derecho canónico, las capellanías están para atender a los que no pueden valerse de la pastoral de la parroquia». Destaca el padre Leonard lo bien integrados que los rumanos católicos están en sus parroquias, aunque hay momentos especiales que los celebran juntos. Por ejemplo, el Domingo de Resurrección, «más que la Semana Santa», que, junto a la Vigilia Pascual, concita a más de 700 personas.

Los bautizos se celebran preferencialmente en sus parroquias, aunque hay padres que solicitan que la Primera Comunión la hagan en la parroquia de la Crucifixión del Señor, sede de la capellanía. «Los niños entienden poco rumano porque han nacido aquí y su sensibilidad es más española», pero los padres apuestan por mantener sus raíces.

En cuanto a la Confirmación, cuenta actualmente con 22 chicos en catequesis, incluidos de las diócesis de Guadalajara y Toledo, divididos en tres grupos que se reúnen en Colmenar Viejo, Madrid y Alcalá de Henares. «La catequesis implica a toda la familia», porque el sacerdote les hace trabajar en casa. «Y luego, tengo máxima flexibilidad»: que hay un chaval que está malo, pues se conecta por videoconferencia; que otro tiene partido, pues se le cambia el día e incluso se va a su casa.

El reto es que no se desenganchen de la fe. «Hay que encontrar fórmulas para no agobiarlos; hacer poco, pero bien hecho». Por ejemplo, los primeros domingos de mes es la Misa de los niños, y luego se quedan a manualidades o similar. «Este último elaboraron unos rosarios de pulsera». La vida comunitaria también le implica haber hecho, calcula, más de 3.000 kilómetros ya para bendecir casas.

Todo ello lo combina el padre Leonardo con su nombramiento como arcipreste de San Roque y coordinador de Ecumenismo de la Vicaría VI. «En nuestro territorio está la catedral ortodoxa rumana, y tenemos mucho trato; esto del ecumenismo lo vivimos, no lo estudiamos».

—No para, padre.

—¡No he venido aquí de vacaciones! —concluye riendo.

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